Adaptación de un modelo de intervención cognoscitivo-conductual para usuarios dependientes de alcohol y otras drogas a población mexicana: un estudio piloto.

Fuente:

Barragán Torres, L., González Vázquez, J., Medina-Mora, M. E., & Ayala Velázquez, H. (2005). Adaptación de un modelo de intervención cognoscitivo-conductual para usuarios dependientes de alcohol y otras drogas a población mexicana: un estudio piloto. Salud Mental28(1), 61-71.

 

Resumen

 

El abuso crónico de sustancias adictivas es un problema de salud pública, debido a la gravedad de sus consecuencias: accidentes automovilísticos mortales, urgencias traumáticas, enfermedades físicas severas: cirrosis hepática, alteraciones cardiovasculares, problemas cerebrovasculares, pancreatitis; pérdidas en diferentes áreas del funcionamiento de vida cotidiana: social, psicológica, legal, personal, familiar, económica y laboral; depresión, ansiedad, alteraciones en el sueño, pérdida de redes de apoyo, suicidio, violencia, homicidios, divorcio, pérdida de empleo, hospitalizaciones, encarcelamientos, etc. En México, es necesario desarrollar más modelos de intervención para usuarios crónicos de sustancias adictivas, que incluyan la instrumentación y evaluación sistematizadas con mediciones a mediano y largo plazo para constatar su efectividad. El diseño de modelos de intervención requiere la inclusión de antecedentes de otros modelos con solidez y efectividad en su evidencia empírica. El modelo de intervención: Community Reinforcement Approach CRA, es reconocido por la literatura científica y por instancias internacionales (Nacional Institute of Drug Addiction y el National Institute of Alcoholism and Alcohol Abuse) como uno de los de mayor efectividad para disminuir el patrón de consumo en usuarios crónicos de sustancias adictivas. El objetivo en esta investigación preliminar fue adaptar, sistematizar, instrumentar y evaluar el impacto del modelo de intervención Community Reinforcement Approach en la disminución del patrón de consumo en usuarios dependientes de alcohol y otras drogas en población mexicana. Se instrumentó un Modelo de Intervención cognoscitivo-conductual en nueve usuarios crónicos; los criterios de inclusión fueron: ser mayor de 18 años, saber leer y escribir, tener un nivel de dependencia media y severa al alcohol y/o un nivel de dependencia sustancial y severa a otras drogas, uno o más tratamientos o internamientos previos, y pérdidas asociadas al consumo en diferentes áreas de vida cotidiana. La duración del tratamiento fue de 15 a 24 sesiones; y la duración de la sesión: 1 Hora ½, dos veces por semana. Se utilizó un Diseño de Caso Unico con Réplicas y Seguimiento. El Modelo incluyó los siguientes componentes de intervención: Análisis funcional, muestra de no consumo, metas de vida cotidiana, comunicación, solución de problemas, rehusarse al consumo, consejo marital, búsqueda de empleo, habilidades recreativas y sociales, y prevención de recaídas. La adaptación del modelo original (CRA), incorporó cambios: 1) Inclusión de otras habilidades de comunicación, 2) Evaluación de variables predictoras de recaídas: autoeficacia y precipitadores, 3) Se añadieron habilidades de rehusarse al consumo de acuerdo al contexto ambiental de los usuarios mexicanos.Los instrumentos de evaluación pre-postest fueron : línea base retrospectiva (LIBARE), autoregistro, escala de confianza situacional y/o escala de autoconfianza en el consumo de drogas, escala de satisfacción de vida cotidiana, inventario de situaciones de consumo de drogas y/o inventario de situaciones de consumo de alcohol. Los cambios significativos identificados en esta investigación preliminar constatan la efectividad del modelo en los nueve usuarios dependientes de sustancias adictivas: decremento en el patrón de consumo durante y al año después de terminado el tratamiento, incremento en el nivel de satisfacción de vida cotidiana y en el nivel de autoeficacia después del tratamiento y en seguimiento; y disminución de la cantidad de precipitadores al consumo después del tratamiento y en seguimiento. Los usuarios aprendieron a generarse un estilo de vida cotidiano más satisfactorio, al incluir actividades incompatibles con el consumo. Se recomienda en réplicas de la instrumentación de este modelo incluir un componente de entrenamiento para el autocontrol de emociones (depresión, ansiedad y enojo), evaluar el funcionamiento cognitivo como variable predictora de recaídas, incluir a usuarios egresados en un grupo de actividades social-recreativas para reforzar el mantenimiento de la abstinencia a largo plazo.

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Si bien el estudio se realiza con solamente 9 usuarios, se destacan resultados interesantes para continuar la investigación en ésta línea y darle una oportunidad al Programa de tratamiento que adaptan y presentan. Es interesante visualizar la potencia de los programas de intervención breve, cuando éstos se basan en evidencia y son adaptables a las necesidades de los usuarios. Resulta interesante considerar el alto nivel de experticia de los profesionales que llevaron adelante el tratamiento, una realidad que, por lo menos en nuestro país, resulta difícil de replicar.

Por otro lado, me quedan resonando los criterios de inclusión para el programa, entre los que se incluyen las participaciones previas en tratamiento y el alto riesgo: cuando el discurso que se repite a nivel popular es que ese tipo de usuarios debería ingresar a un programa residencial de tratamiento, el artículo demuestra cómo, con una intervención breve y focalizada en las necesidades, logra rápidamente efectos positivos en la reducción del consumo, además de su mantenimiento a lo largo de un año.

Interesante artículo para pensar otras propuestas de intervención con personas privadas de libertad, donde el policonsumo y el alto riesgo son determinantes en la mayoría de los casos, relacionándose ésto directamente con la actividad delictiva.

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Acuciosa adaptación de un modelo que a detalle se muestra aquí,  éste, se vislumbra como un modelo que resulta terapéutico por sus éxitos y logros.

Un placer será el poder dar seguimiento a éste fasinante logro

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ENÒMES POSIBILIDADES DE IMPLEMENTACIÒN.  YA EN CONDICIONES DE ASINAMIENTO , O MEDIANTE CONSULTA EXTERNA.

MISIÒN DE VIDA QUE SE REAIZA CON ALTO PROFESIONALISMO. 

ESTARÉ PENDIENTE DE ÉSTE Y OTROS PROYECTOS SUYOS. MÚCHO ÉXITO !!!

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Este artículo brinda mucha luz sobre el tratamiento con satisfactores en pacientes con dependencia severa a alcohol que en muchas ocasiones se piensa que debe de ser residencial, pero como se observa en el piloto, puede ser de forma ambulatoria de manera intensiva es decir una hora y media dos veces por semana. 

Les recomiendo revisar el programa de satisfactores cotidianos https://www.issup.net/node/7609 

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Aunque es un pilotaje, resultó muy informativo en cuestión de considerar precipitantes para el consumo tanto internos como externos, dentro de los que enfatizan la autoeficacia. Este factor es muy importante para el tratamiento de adicciones, ya que ayuda a implementar estrategias efectivas por parte del usuario.
Fue interesante que no sólo se consideraron casos de dependencia al alcohol, sino también de drogas ilícitas como la marihuana, lo que deja ver que se toman en cuenta las necesidades individuales y por lo tanto, el modelo resulta adaptable.

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Considero que es un buen estudio, sin embargo consideró de gran importancia la ampliación de la muestra. A pesar de estar basado en el Programa de Satisfactores Cotidianos hace falta profundizar en la parte cognoscitiva y en el manejo de la impulsividad, ansiedad y depresión dado que son variables detonadores de una posible recaída.

Concuerdo contigo, creo que sería importante aplicar más estrategias orientadas al área cognitiva, sin embargo, quizá al ser un protocolo ya existente que ha mostrado resultados positivos, no se ha optado por añadir otras técnicas.

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Interesante estudio, da pautas de intervención con estrategias especificas. Una excelente guía a replicar, sin embargo sería importante poder ampliar la población y replicarlo en una muestra representativa para conocer a mayor profundidad el impacto que tal intervención puede tener.

Como bien lo mencionan, y de forma muy acertada, es importante tomar en cuenta el impacto del área cognitiva dentro del proceso de consumo y rehabilitación, por ejemplo el rol que juega dentro del ciclo de recaídas al perpetuarlo o detenerlo,  de igual forma es importante trabajar con las creencias adictivas del paciente.

Trabajar de manera conjunta estrategias cognitivas y conductuales para favorecer un cambio profundo.

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El estudio me pareció muy interesante. Creo que los resultados hablan por si solos. Es satisfactorio ver que, sin importar las terapias consolidadas para la atención a usuarios consumidores de sustancias, se sigan investigando los alcances de, si bien no nuevos, si otras alternativas de tratamiento.

Por otra parte, al ser un tipo de intervención cognitivo-conductual, me pareció curioso no encontrar dentro de las estrategias didácticas algunas que son ejes fundamentales de este tipo de terapias, tales como la reestructuración cognitiva o las técnicas de relajación. Considero que la reestructuración cognitiva puede ser una estrategia eficaz para que el usuario pueda modificar pensamientos (a favor) respecto a su autoeficacia. Por otra parte, las técnicas de relajación combinadas con la terapia de exposición a estímulos (en este caso precipitadores) pueden ayudar a reducir la ansiedad por consumir. Aun así, considero la intervención cumplió con su propósito.