Auto-estigma en personas con diagnóstico de trastorno mental grave y su relación con variables sociodemográficas, clínicas y psicosociales

Fuente:

Mora-Ríos, J., Ortega-Ortega, M., Natera, G., & Bautista-Aguilar, N. (2013). Auto-estigma en personas con diagnóstico de trastorno mental grave y su relación con variables sociodemográficas, clínicas y psicosociales. Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina.

 

En este trabajo se analizan las variables sociodemográficas, clínicas y psicosociales relacionadas con el auto-estigma en personas con un trastorno mental grave en la ciudad de México. Como variable psicosocial se incluyó la percepción de las consecuencias de la enfermedad en distintas áreas de la vida del sujeto. Se aplicó un cuestionario conformado por lo siguiente: a) datos sociodemográficos y clínicos, b) Escala de Percepción de Consecuencias del Padecimiento (EPCP) y c) Inventario de Estigma Internalizado hacia la Enfermedad Mental (ISMI). A través de un análisis de regresión se encontraron diferencias significativas en las cinco subescalas del ISMI. La percepción de las consecuencias de la enfermedad a nivel laboral explicó la varianza de los modelos de alienación (33%), adhesión al estereotipo (21%) y resistencia al estigma (23%). Las consecuencias de la enfermedad en las relaciones familiares, conjuntamente con el diagnóstico médico y el tiempo en tratamiento explicaron el 49% de la varianza del modelo de discriminación. Finalmente, el modelo de retraimiento social fue explicado al 38% de la varianza por el impacto del padecimiento en la pareja, en las relaciones sociales y el tiempo en tratamiento. Los resultados se analizan a partir de la importancia de las variables psicosociales para el abordaje integral del proceso de auto-estigmatización en personas con trastorno mental grave.

 

Para conocer más publicaciones, presentaciones, videos y materiales de la Dra. Jazmín Mora Ríos, favor de visitar su perfil como investigadora: https://www.issup.net/node/14276

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Este tema es importante el abordaje ya que considero no solo existe como un auto-estigma  debido a una condición especifica de salud, sino a mi criterio en el malestar de la cultura dijera el Dr Freud es algo que podría estar como parte de la cultura, sin omitir que cuando se es niño o joven es muy común que muchos vivan el famoso bullyng creo desde aca se va alimentando la auto-estigmatización más aun con algún problema de salud mental. Con este antecedente es factor de riesgo a mi criterio caer en los prejuicios y desacreditación más profunda en la persona. Mas cuando la persona tiene una enfermedad mental donde tiene que ser llamado paciente psiquiátrico, cayendo acertadamente en la paradoja de autoestigma y enfermedad. Donde ahora es un trabajo más arduo el trabajar en la autoestima, la depresión, a su intranquilidad y baja calidad de vida. Poniendo en más riesgo su vida.  Aca en Tuxtepec Oaxaca por hablar de un ejemplo cuando los pacientes van a sesiones psicológicas referidas por medico psiquiátrica mencionan sentirse mal al estar ahí,, porque a su criterio dicen no aceptar estar locos, ya que en la familia los discriminan y les dicen que solo los locos van al psiquiatra  y al psicologo, por lo cual no ayuda a la adherencia del tratamiento, aca se ve el gran impacto que juega la misma familia al inducir a su familiar la auto-estigma.

Es muy real lo que verifica el estudio donde es necesario trabajar en este tema de manera internacional, implementando redes de apoyo, los recursos que tenga cada persona o lo que tenga sentido para ellos.

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El estigma como la triste etiqueta negativa que quienes no entienden la causa de las adicciones ponen sobre las personas consumidoras o adictas, empeora la situación social y moral de estas, y que les cuesta más y les resulta muy difícil desprenderse de ella cuando el ataque es masivo, la percepción de las consecuencias de la enfermedad en distintas áreas de la vida del sujeto vulnerable y que sobre todo es propenso a ser una persona con trastorno mental, a ellos aun peor la sociedad suele etiquetarlos de peligrosos, de débiles e inútiles, lo que genera actitudes y actos discriminatorios de rechazo hacia ellos. Lo que nos demuestra que el abordaje integral debe ser estratégicamente implementado por los profesionales que laboran en salud mental.

Esta aportación se me hizo sumamente interesante, debido a que en muchas ocasiones, las personas que desconocen sobre el trastorno por consumo de sustancia y tienen a algún conocido o familiar implicado en él, piensan que ellos son quienes no quieren dejar el consumo, o piensan que es solamente tomar una decisión fácil y sencilla y actuar, cuando en realidad hay otros mecanismos implicados en el proceso de las adicciones, y del por qué no se puede dejar tan fácil el consumo de ellas, incluso, en algunos lugares o pensamientos de las personas, aún se imagina a una persona con problemas de adicciones como "vagabundos", o alguien que no hace nada por su vida, cuando en realidad no es así. Pienso que, aunque estos estigmas han disminuido poco a poco, hay aún un largo camino por recorrer para poder lograr la eliminación de ellos y sobre todo, la aceptación de las personas con trastornos mentales. 

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El   estigma, es un idealización psicológica  que interviene entre la persona y la realidad, condicionada históricamente por la religión, cultura, economía e inclusive por la política,  que se exterioriza en acciones asociadas entre si, que interpelan a nivel cognitivo “estereotipo”, emocional “prejucio” y conductual “discriminación”, (Ottati,   Bodenhausen  y   Newman-2005) (11). 

Sien embargo, para entender la relación que existe entre persona  (sana y con enfermedad mental) Vs. Sociedad, es necesario explorar desde el nivel operativo, en una convivencia en sociedad que construye instrumentos de control social generando conductas, emociones y conocimientos que abren la posibilidad de fomentar y retroalimentar el fenómeno de la estigmatización. Este fenómeno de atributos desacretidadores provoca importantes consecuencias a nivel interno como sentimientos de vergüenza, angustia, dolor, agresividad, dependencia, propensión a aislamiento social, dificultad para solicitar ayuda, incremento de recaídas y según expertos en riesgo de suicidio; y a nivel externo una serie de actitudes de preservación social vinculadas a estereotipos, prejuicios y discriminación, que repercuten en la aparición de barreras para el acceso y la atención de calidad en los establecimientos de salud, limitando más aún su posibilidad de acceso a los beneficios sociales en comparación a los pacientes que no presentan estos problemas

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La colectividad en general e incluso  personal de la salud alimentan un perfil estereotipado de las personas con enfermedad mental, instaurando mayor rechazo, el mismo que se extiende más allá de la persona, por ende afecta al tratamiento farmacológico, a la familia, a los cuidadores, y dificulta aún más la labor del personal que labora exclusivamente en instituciones de salud mental.

Estudios revelan que la población joven con alto nivel educativo, que conoce la condición de vida y ha tenido contacto con persona  que adolece de enfermedad mental parece ser más tolerante; Sin embargo estudios más actuales evidencian que  la organización social tradicional, la creciente urbanización y el transgresión de valores, están induciendo al deterioro de la tolerancia de enfermedad mental en los países en vías de desarrollo.

 

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Es muy importante revisar este concecpto de autoestigma que es un proceso subjetivo, , que se caracteriza por sentimientos negativos (sobre sí mismo), comportamientos desadaptativos, transformación de la identidad o aplicación de estereotipos resultantes de una experiencia individual, percepción o anticipación de reacciones sociales negativas derivadas de su enfermedad mental pudiendo influir negativamente en el tamaño y calidad de las redes sociales y, por tanto, del funcionamiento social; esto afecta notablemente a personas que presentan un trastorno menta ya que se ven y se sienten desvalorizados por la sociedad, la cual creea perjuicios y estereotipos frente a esta situación. Es de suma importancia trabajar en el autoestima las personas que presentan algun trastornpo mental, a la vez por parte de los sistemas públicos de salud debemos utilizar un abordaje integral.

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Me parece un punto muy importante a resaltar. Yo trabajo en un centro de salud y muchas veces he escuchado tantos comentarios acerca de esto de como ven a los pacientes que vienen a psicología o psiquiatría ya que por más que se hayn extinguido todas las conductas de aislamiento para las personas con trastornos mentales y estemos en varios años despúes, los pensamientos, los comentarios, la discriminación en muchos casos siguen ahí y es con lo que tienen que vivir estas personas todos los días en su trabajo, muchas veces tambien en sus casas donde no son tomados en cuenta o en serio y donde muchas veces son discriminados en la sociedad en general. Porque no ha llegado del todo la idea de que como existen enfermedades fisicas y se considera "normal" que aparezcan tambien existen enfermedades mentales y que es más fuerte el que busca ayuda, no el más debil. Pero sí definitivamente es un trabajo que toma mucho tiempo y mucha concientizacion en la problación en general.

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Muy interesante aporte, en la muestra se evidencia la paradoja de las intervenciones familiares como protección y exposición a discriminación.  El análisis de la incidencia en el ámbito laboral se correlaciona con las políticas públicas que promuevan la inserción o no en el sistema social.   En nuestro país se dieron avances importantes en esta línea durante la década pasada.  Al final del trabajo se plantea la existencia de variables psicosociales que trascienden a los sistemas individual y familiar.   

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La importancia del diagnóstico clínico es esencial no solo por las características propias del trastorno mental que padezca el consultante sino también por las reacciones de su círculo social inmediato. Lo cual desde una perspectiva sociológica puede ser contextualizado y estudiado para analizar su influencia.  El auto registro del consultante nos da una mirada desde la autopercepción, sería muy interesante contrastar con las acciones reales y percepciones del círculo social (familiar y laboral), así tendríamos una muestra desde lo intra e interpersonal, que completaría parte del cuadro de las variables psicosociales que influyen en el estigma social como proceso colectivo e individual. 

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La estigmatización del consumo y más particularmente, la auto-estigmatización del mismo, es una variable importantísima dentro de la recuperación del paciente; pues la cognición y el autoconcepto son parteaguas de la motivación (entiéndase esta como la disposición) y el cambio. 

    Similar a la profesía autocumplida (un poco a la inversa), con nuestra actitud y conducta expresamos, comunicamos, cómo queremos ser tratados. Un consultante en tratamiento puede ir disminuyendo conductas de riesgo; sin embargo, si persiste la noción e incluso verbalización "soy un adictx", el pronóstico sería poco favorableEl abordaje de nuestro lenguaje corporal y del diálogo interno del paciente, es una interfaz de atención por parte de los profesionales de la salud, en el nivel primario. No obstante, es imprescindible la divulgación con respecto al consumo de sustancias. En el que se trate como una enfermedad, no como una decisión de la que se baste la voluntad para ser resuelta. Muchos pacientes cuentan con herramientas cognoscitivas, afectivas y conductuales para adentrarse y ejercer la dinámica del cambio; no obstante, persiste un círculo social que le refuerza la idea de sus conductas previas, regresando el ex-consumidor a la ambivalencia. Sí, la decisión del cambio está en el individuo, pero la adherencia y mantenimiento del mismo, subyace en la motivación reforzada por andamiajes de apoyo social. La psicoeducación también es clave.

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Me parece que el autoestigma es un tema fundamental para el trabajo que realizamos las y los profesionales de la salud mental en México. Mi línea de investigación va enfocada a el estigma relacionado con el VIH y la adherencia al tratamientos y he podido observar que el uso de sustancias (cristal y la cocaína), los síntomas de depresión y sobre todo, el estigma relacionado con el VIH (estigma anticipado principalmente) impactan negativamente en la adherencia al tratamiento farmacológico y no farmacológico de la infección. Los hallazgos que encontraron la Dra. Mora Ríos y sus colaboradores definitivamente explican las limitaciones estructurales que existen dentro de los sistemas de salud física y mental, además, pensar que factores intrapersonales e interpersonales influyen en gran medida en la atención médica nos impone un reto importante para incorporar cuestiones no farmacológicas a los tratamientos. 

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Como una persona diagnosticada con un trastorno mental, aunque no sea grave como se menciona aquí, la verdad es que de inicio puedo compartir lo fácil que es caer en la auto-estigma, de ser un diagnóstico andante, en perderte en aquello que te mencionaron que eres y olvidarte de tu persona y de todo lo que hay demás, y siendo privilegiada de estar en una población actualizada, donde estos temas se hablan, donde ya tener un trastorno tiene una explicación a nivel cerebral y psicosocial y no sólo divino o "del diablo".

Aun así creo que hace falta seguir hablando de estos temas, concientizar, me atrevería decir que hasta normalizar porque las patologías han existido y así se hayan miles investigaciones van a continuar, pero una persona con diagnostico puede vivir una vida normal, con altos y bajos, ser ella misma/o su nombre y no un diagnóstico tratando de sobrevivir, es una persona con derechos y muchas cosas por vivir. 

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Considero que los estigmas que la sociedad ha generado de acuerdo a los trastornos mentales, hacen mucho más difíciles a las personas que son diagnosticadas, poderse adherir a un tratamiento o culminar su intervención de manera exitosa, sobre todo, cuando el propio estigma viene de familia, amigos, pareja, o círculo principal, y por ende, los pacientes pueden caer en un auto-estigma y auto-saboterase para dejar el tratamiento, todo es como una secuencia, y si empiezan a existir estos factores de riesgo, por consiguiente,el autoestima irá disminuyendo y el trastorno mental inicial podrá tener comorbilidades debido al entorno en el que se encuentra, los factores de riesgo asociados al estigma y al medio ambiente que lo rodea. 

Pienso que es un trabajo muy grande el intentar psicoeducar a la sociedad de acuerdo a la profesión de psicólogos y psiquiatras, y hacerlas entender que el hecho de ir al psicólogo, o tomar medicamentos, no quiere decir que este "loco" sino más bien, que está procurando su salud mental y su bienestar. 

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Me parece interesante encontrar un artículo que justamente hablé del auto - estigma y sobre todo en los trastornos mentales. Con el simple hecho de recibir un diagnóstico las personas se apropian de ciertas características, internalizándolas y esto trayendo como consecuencias la baja autoestima, vergüenza y culpa, desencadenando un aislamiento y reforzando la idea de que por tener un trastorno mental no serán aceptadas en la sociedad en donde se desenvuelven. Además, es importante mencionar que en México aún los temas de salud mental están llenos de estigmas, por ello las personas que son diagnosticadas les cuesta mucho aceptar su diagnóstico evitando recibir ayuda y tratamiento oportuno y eficaz para su sintomatología y signos presentados, en donde hay ocasiones que estos tienden a incrementar. Es importante seguir dando psicoeducación ante los temas de salud mental en donde el estigma se pueda ir reduciendo, ya que al contar con más información quizás tengan otro panorama de la situación y sepan actuar las personas de la manera más apropiada. 

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Esta problemática puede generar dificultades en el tratamiento, ya que la persona puede sentirse rechazada por los profesionales de la salud mental, lo que puede llevar a la falta de adherencia al tratamiento y la evitación de buscar ayuda en el futuro. Además, el auto-estigma también puede limitar la autoeficacia de la persona para enfrentar su enfermedad y mejorar su calidad de vida.

El impacto del auto-estigma puede extenderse a diferentes áreas de la vida de la persona, incluyendo el trabajo, las relaciones interpersonales y la participación en actividades sociales y comunitarias. La persona puede sentirse limitada en su capacidad para alcanzar sus metas y objetivos, lo que puede llevar a una mayor desesperanza y desesperación.

En cuanto a las variables sociodemográficas, clínicas y psicosociales, es importante considerar cómo estas pueden influir en el desarrollo del auto-estigma. Por ejemplo, la edad, el género, la etnia, la orientación sexual, el nivel socioeconómico y el tipo de trastorno mental pueden influir en la forma en que la persona experimenta el auto-estigma. Además, las experiencias de discriminación y trauma pueden aumentar el riesgo de auto-estigma.

Es importante que se preste atención al auto-estigma en las personas con trastorno mental grave y se promueva una cultura de aceptación y comprensión hacia las personas con trastornos mentales. Los profesionales de la salud mental deben ser conscientes del impacto del auto-estigma en sus pacientes y trabajar para fomentar la autoestima y la autoeficacia de las personas para enfrentar su enfermedad y alcanzar sus metas y objetivos.

Los hallazgos que nos presenta el artículo son importantes porque sugieren que las intervenciones dirigidas a reducir el auto-estigma deben centrarse en la percepción de las consecuencias de la enfermedad en diferentes áreas de la vida del sujeto. También sugieren que es necesario un enfoque integral para abordar el auto-estigma en personas con trastornos mentales graves, que incluya tanto factores clínicos como psicosociales.

Como ya mencionan algunos de mis compañeros, nuestra labor es la de psicoeducar, con el objetivo de reducir los estigmas que rodean a la enfermedad.

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Un interesante tema sobre un espacio a veces poco explorado, ignorado a veces con el afán de ocultarlo, fue interesante observar el rango de edad del artículo que claro, encontró esos límites debido a la disponibilidad de personas al estudio, pero claro, no quita el cuestionarse sobre aquellos fuera del parea limítrofe del estudio, en este caso los adultos mayores, que muchas definiciones los colocan desde los 60-65 años de edad, personas que normalmente sufren de discriminación por considerar que son "demasiado viejos", que de por si son tratados con desprecio, ahora también lidian con el juicio de las personas por padecer alguna condición; si la principal fuente de discriminación mostrada por el estudio fue el núcleo familiar, ¿Cuántos de estos no son enviados a hospicios con la finalidad de deshacerse del "viejo enfermo"?, ¿Cuántos de estos, al ser infantilizados y subestimados, sufren de violencias?, y a su vez en su caso, aquellos menores a los 21 años, ¿Cuántas de las infancias son tratadas con violencia por padecer alguna enfermedad?, ¿Cuántos a su vez se les es negada la educación en centros por considerarlos violentos o por simplemente no darse el tiempo de entenderlos?. 
Es parte de nuestro papel dejar de cultivar estas ideas por que, si bien en el estudio fue poco, es probable que la colocación de un estigma sea mayor desde los centros de salud y desde sus trabajadores que lo reportado.

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Quienes consumen drogas o quienes padecen una enfermedad de salud mental sufren los efectos constantes de la estigmatización, tanto de los otros como de ellos hacia sí mismos, el autoestigma o estigma internalizado. 

El estigma va a funcionar como una barrera, hay que pensar que muchos de quienes tienen un consumo problemático de sustancias, una enfermedad mental o ambas, configuran sus creencias sobre sí mismos según aquello que se dice y se cree de ellos, se apropian de estas creencias, por lo que se va volver una barrera para estas personas; por ejemplo, al acceder a distintos servicios, entre ellos, el sistema de salud. Al percibir estas creencias negativas y discriminatorias las propias personas eligen no concurrir a estos lugares y por consecuencia tampoco acceden a tratamientos, siendo esto muy perjudicial para ellos.

Es crucial que quienes trabajan en el ámbito comunitario, en los sistemas de salud y los medios de comunicación puedan pensar en estas creencias, en cómo perciben a estas personas y busquen cuestionar y concientizar acerca de estas percepciones erróneas, mientras que  a su vez colaborar para que tanto otrxs como los mismos usuarios logren hacerlo.

 

 

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Considero este trabajo de gran relevancia ya que aborda un tema complejo que sucede en la población mexicana ya que al no haber suficiente difusión de temas de salud mental, la gente suele caer en ideas equivocadas acerca de lo que conlleva padecer una enfermedad mental de forma que, como se menciona en este trabajo, entornos como los familiares son de los primeros factores que propician el estigma hacia sus cercanos con un trastorno mental, esto afecta al tratamiento de estas personas, principalmente por la ausencia de su red de apoyo más cercana lo cual conlleva una gran repercusión hacia estas personas ya que aumentan las ideas negativas que tienen de sí mismos y genera que, a pesar de necesitarla, no acuden a la atención especializada que requieren al no sentir que esto sea la mejor opción para sentirse bien o por la posibilidad de ser discriminados aún más. Abordar temas de salud mental aún no ha sido aceptado del todo por la población, aún es necesario quitar demasiados estereotipos que se tienen acerca del tema.