Sesión de Posters de NIDA International SPR: Estudios Piloto de Familias Unidas en Chile
Este resumen se presentó en la Reunión Anual de la Sociedad para la Investigación de la Prevención 2018 que se llevó a cabo del 29 de mayo al 1 de junio de 2018 en Washington, DC, EE. UU.
Fundación Marcelo Sánchez San Carlos de Maipo
Fundación Camila Astrain San Carlos de Maipo; Débora Pardo Fundación San Carlos de Maipo; María Luisa Correa Fundación San Carlos de Maipo; Yannine A. Estrada, Universidad de Miami; Tae Kyoung Lee , Universidad de Miami; Facultad de Medicina Miller de la Universidad Guillermo Prado de Miami; María Rosa Velázquez , Universidad de Miami
Introducción: Familias Unidas (FU) es una intervención basada en la evidencia (EBI, por sus siglas en inglés) que previene/reduce el consumo de drogas y las conductas sexuales de riesgo en adolescentes, con eficacia demostrada en los EE. UU. Hasta la fecha, se han probado pocas EBI en Chile, a pesar de la importante necesidad de intervenciones preventivas. Por ello, con el objetivo de comprender la factibilidad, aceptabilidad y eficacia de Familias Unidas en el contexto chileno, la Fundación San Carlos de Maipo, en colaboración con la Universidad de Miami, ha lanzado un programa de investigación para probar esta intervención en Chile. Se llevaron a cabo dos estudios piloto para adaptarse culturalmente y evaluar la eficacia preliminar de la intervención adaptada dentro de este nuevo contexto cultural. El presente estudio examina la eficacia preliminar de esta intervención en la mejora del funcionamiento familiar y la finalización de las sesiones de intervención por parte de los participantes.
Método: Participaron un total de 89 familias en ambos pilotos (42 en el piloto 1 y 47 en el piloto 2). La intervención estuvo dirigida a estudiantes de 7° y 8° básico de cuatro colegios de Chile. Los participantes fueron reclutados en escuelas intermedias a través de presentaciones grupales para involucrar a los padres. A todas las familias inscritas se les ofreció la intervención, que consistió en ocho sesiones grupales de padres y cuatro sesiones familiares a lo largo de doce semanas. Todos los padres y adolescentes completaron una encuesta antes y después de la intervención. La encuesta incluyó preguntas relacionadas con el funcionamiento familiar (es decir, la comunicación entre padres y adolescentes, la supervisión de los padres, la crianza positiva y la participación de los padres).
Resultados: Los participantes de Familias Unidas completaron el 76% de las sesiones familiares y el 56% de las sesiones grupales, con una tasa de asistencia combinada del 66%. Los resultados muestran que Familias Unidas Chile tuvo un efecto en la comunicación entre padres y adolescentes a los 3 meses después del inicio (F[1,48] =11,90, p=.001). No se encontraron efectos significativos para el resto de los indicadores de funcionamiento familiar.
Conclusiones: En general, los hallazgos indican que es factible entregar Familias Unidas a una población chilena fuera de los EE.UU. Familias Unidas parece prometedor para involucrar a las familias chilenas en una EBI y mejorar la comunicación entre padres e hijos. Estos dos estudios piloto de Familias Unidas en Chile, nos otorgan resultados alentadores en términos de factibilidad, aceptabilidad y obtención de resultados positivos. Los estudios futuros incluirán un ensayo controlado aleatorizado para probar la eficacia de Familias Unidas en este contexto y con esta población. Existe la necesidad de llevar EBI a países como Chile y este programa de investigación tiene un gran potencial para impactar positivamente a las familias en Chile.