Análisis de las exposiciones activas y pasivas al tabaco y la presión arterial en niños y adolescentes estadounidenses
Abstracto
Importancia: La hipertensión es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular en adultos; en la infancia se observan asociaciones preclínicas entre hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La nicotina es una toxina conocida, pero su asociación con la hipertensión pediátrica no está clara.
Objetivo: Para probar la hipótesis de que la exposición al tabaco se asocia con la presencia de presión arterial elevada en niños y adolescentes estadounidenses y que esta asociación depende de la dosis.
Diseño, configuración y participantes: Este estudio transversal utilizó datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) de 2007 a 2016, una muestra representativa a nivel nacional basada en la población de niños y adolescentes estadounidenses. Los niños eran elegibles si tenían entre 8 y 19 años en el momento de participar en el estudio principal de NHANES. Los criterios de exclusión incluían los del estudio principal de NHANES, la incapacidad para completar las pruebas o la falta de cuestionarios. De los 10 143 participantes en NHANES de 8 a 19 años durante los años de estudio, 8520 fueron incluidos en el análisis. El análisis se realizó del 12 de octubre de 2019 al 9 de julio de 2020.
Exposiciones: Exposición al tabaco, definida como niveles séricos de cotinina superiores a 0,05 μg/L, o reportando vivir con un fumador o fumar ellos mismos.
Principales resultados y medidas: Presión arterial elevada, clasificada como superior al 90% para la edad, el sexo y la estatura de un niño de acuerdo con las Directrices de Práctica Clínica de la Academia Americana de Pediatría de 2017. Se analizó la hipótesis a priori de que existe una asociación positiva entre la exposición al tabaco y la presión arterial elevada en la población del estudio. El análisis incluyó regresión logística con ajuste para posibles confundores. Se realizaron análisis de subgrupos y sensibilidad.
Resultados: Un total de 8520 niños fueron incluidos en el análisis, lo que representa a 41 millones de niños estadounidenses. La edad media (SD) de los participantes fue de 13,1 (0,05) años, 51% (IC del 95%, 49%-52%) eran hombres, y el 58% (IC del 95%, 54%-62%) eran individuos blancos no hispanos. Los participantes con cualquier exposición al humo de tabaco tenían más probabilidades que aquellos sin exposición a ser mayores (edad media [SD], 13,3 [0,07] años vs 12,8 [0,06] años), hombres (53% [IC 95%, 51%-55%] vs 49% [95% CI, 47%-50%]) y individuos negros no hispanos (19% [IC 95%, 16%-22%] vs 10% [IC 95%, 8%-12%]). Las probabilidades de tener presión arterial elevada fueron de 1,31 (IC del 95%, 1,06-1,61) para cualquier exposición al tabaco después del ajuste; las probabilidades eran similares entre los subgrupos y seguían siendo significativas en los análisis de sensibilidad múltiple.
Conclusiones y relevancia: Este estudio sugiere que la exposición al tabaco se asocia con una presión arterial elevada en niños y adolescentes estadounidenses. Este factor de riesgo modificable representa un objetivo para una mayor investigación sobre la reducción de la hipertensión en niños y adolescentes.