Este documento tuvo como objetivo revisar la literatura sobre el impacto de la discriminación en los trastornos por uso de sustancias entre las minorías sexuales, con un enfoque en el alcohol, los opioides, los estimulantes, el policonsumo de drogas, el chemsex, el cannabis y el tabaco, así como las desigualdades en el acceso a los servicios de atención médica.

Es alarmantemente claro que las minorías sexuales reportan tasas más altas de morbilidad en comparación con la población general. También se han reportado desigualdades en la prestación de servicios de salud en esta población especial. Además, la falta de datos de los países de ingresos bajos y medianos sobre el consumo de sustancias entre las minorías sexuales es una preocupación importante. Ciertamente, la discriminación juega un papel clave entre los factores principales para el abuso de sustancias, el uso continuo, los trastornos y los niveles más bajos de intervenciones preventivas y de tratamiento. Sin embargo, puede ser difícil estimar el impacto de la discriminación debido a la falta de datos de investigación y diferentes metodologías de estudios de literatura.

Además, las minorías sexuales se clasifican y definen de manera diferente y las evidencias pueden no ser comparables entre los estudios. Existe una necesidad urgente de directrices estratégicas e inversiones en investigación destinadas a priorizar a estas poblaciones afectadas de manera desproporcionada por el uso de sustancias. Las políticas y programas orientados a la equidad pueden facilitar oportunidades y disminuir el uso de sustancias en estos subgrupos vulnerables, incluidas las iniciativas dirigidas por la comunidad y los pares y los servicios de salud inclusivos y sin prejuicios.