Profesionalización y fortalecimiento del campo laboral en reducción de la demanda

Coordinado por Livia Edegger, directora adjunta de la International Society of Substance Use Professionals (ISSUP), los especialistas en este panel hablaron sobre la importancia de crear y robustecer la fuerza laboral en la reducción de la demanda de drogas, a través de la colaboración de diversas organizaciones y actores.

La misión de ISSUP

En su presentación, “Profesionalización y fortalecimiento del campo laboral en la reducción de la demanda ISSUP”, Edegger explicó que ISSUP es una organización no gubernamental que actualmente cuenta con más de 20 mil miembros en 167 países. Su función consiste en formar, actualizar y especializar a los técnicos que trabajan en la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de adicciones, además de ofrecer oportunidades de interacción y promover el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre la sociedad civil, el gobierno, las organizaciones sin fines de lucro, los centros de salud, las universidades y otras entidades a nivel nacional e internacional.

Resaltó que ISSUP cuenta con el apoyo de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de los Estados Unidos, y trabaja estrechamente con el Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas, y con el Centro Global de Acreditación y Certificación. Además, se han llevado a cabo eventos y seminarios virtuales en colaboración con la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la Organización de Estados Americanos.

En lo que se refiere a las actividades, explicó que éstas se desarrollan en tres áreas: la digital, los eventos presenciales y virtuales y los Capítulos Nacionales. La primera se conforma por la página web, que cuenta con información respecto a la capacitación en los currículos universales de prevención y tratamiento, manuales y materiales de los cursos, e información sobre los capacitadores. Aunado a esto, señaló que hace poco se lanzó el proyecto online Learning Hub, donde se convierten los currículos universales de prevención y tratamiento en cursos virtuales.

La directora adjunta de ISSUP Global recalcó la importancia de los Capítulos Nacionales para la organización, ya que éstos crean comunidades de gestión del conocimiento, las cuales promueven innovaciones y fomentan el intercambio de experiencias y prácticas basadas en evidencia. Puntualizó que actualmente ISSUP cuenta con seis Capítulos en Latinoamérica: México, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Perú. Entre los proyectos e iniciativas lanzados por los Capítulos se encuentran eventos virtuales, conversatorios, recursos y materiales, estudios de investigación y colaboraciones con universidades, organizaciones sin fines de lucro y gobiernos. Finalmente, señaló que el Capítulo Nacional de México se lanzó en 2019, bajo el liderazgo de Centros de Integración Juvenil.

El titular de la Subdivisión de Programas Globales y Políticas de la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, Brian Morales, presentó la ponencia “Profesionalizar y fortalecer la fuerza laboral de la reducción de la demanda de drogas”. Subrayó que la profesionalización es uno de los pilares fundamentales de este esfuerzo porque, además de los familiares y amigos, las personas que trabajan en el campo de las adicciones son las que están más cerca de quienes consumen y padecen trastornos derivados. Sin embargo, uno de los retos encontrados en este campo es la dificultad para identificar la fuerza laboral; además, muchos países no tienen centros de tratamiento o sistemas formales. Por ello, la Oficina Internacional promueve, por conducto de organizaciones internacionales, la elaboración de mapas de los sistemas de tratamiento y prevención que trabajan con países de todo el mundo.

 

“El trastorno por consumo de drogas tiene un gran impacto no sólo en la salud pública, sino también en la seguridad, el crimen y la violencia en los vecindarios, y la inestabilidad en el desarrollo social y económico de los países”: titular de la Subdivisión de Programas Globales y Políticas.

 

Incrementar la capacitación en 2022

De esta forma, explicó, se identifica dónde hay centros de tratamiento, dónde hay programas de prevención, y se trabaja a través de esas organizaciones para involucrar al personal y colaborar con los gobiernos para proporcionar formación continua y profesionalización.

 

“La formación por sí sola no es suficiente. Tenemos que asegurarnos de que esos conocimientos y aptitudes se reflejen en la práctica y, más allá de eso, es importante reunir a todos en el terreno de la atención de las adicciones”, declaró el titular.

Con respecto a los planes a futuro, el ponente estableció que el rumbo para el 2022 es enfocarse en la capacitación de los trabajadores individuales de tratamiento y prevención, para después centrarse en las organizaciones y aplicar directamente los servicios. Igualmente, se busca apoyar el desarrollo de normas internacionales para el tratamiento de los trastornos del consumo de drogas en conjunto con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Organización Panamericana de la Salud, el Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea en Políticas sobre Drogas y la Organización de Estados Americanos. Afirmó que se ha trabajado para transformar los estándares internacionales que actualmente existen, en un programa que garantice calidad para apoyar a las organizaciones internacionales en el entrenamiento y apoyo a los gobiernos en el monitoreo y supervisión de sus sistemas de tratamiento.

Por su parte, Kimberly Johnson, directora ejecutiva del Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas, presentó la ponencia “La formación de una fuerza de trabajo en reducción de la demanda a nivel mundial”. Expuso que la investigación científica no se traduce en el campo de la adicción y muchas veces se proveen servicios que no están basados en evidencia científica. Explicó que si se quiere prevenir el consumo de sustancias y los problemas que derivan de éste, es necesario identificar las mejores estrategias y utilizar los resultados de la investigación científica en el desarrollo de políticas y programas. Planteó que es frecuente que los responsables políticos y los activistas de la comunidad utilicen métodos ineficaces o perjudiciales en el diseño de programas y campañas.

“Las universidades pueden garantizar la elaboración de investigaciones que identifiquen estrategias eficaces y la transmisión de los resultados a los estudiantes, los profesionales, los responsables políticos y el público en general. Cuando estos programas fallan, la gente cree que la prevención no funciona y descarta directamente todos los esfuerzos; un aspecto para llevar la investigación a la práctica es la educación universitaria”: directora ejecutiva del Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas

Objetivos del Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas

A raíz de una reunión del Plan Colombo, en 2016 surgió el Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas, organización no gubernamental que aborda el vacío existente en la traslación de la investigación a la práctica. La idea era crear una coordinación mundial para los esfuerzos universitarios y facilitar una mayor integración multidisciplinaria en el campo de la adicción. Los objetivos del Consorcio son:

  1. Desarrollar una red internacional de universidades con programas académicos y de formación en reducción de la demanda de drogas y estudios sobre la adicción que apoye el uso de la investigación en la educación.
  2. Involucrar a los estudiantes y profesores en el diálogo sobre la mejora del conocimiento del consumo de sustancias y los problemas resultantes.
  3. Avanzar en la investigación aplicada y la ciencia de la implementación en la reducción de la demanda de drogas.
  4. Aumentar las asociaciones entre los programas universitarios de reducción de la demanda de drogas y las comunidades en las que se encuentran.
  5. Abogar por la mejora de los programas académicos de estudios sobre la adicción y la reducción de la demanda de drogas.

Kimberly Johnson indicó que actualmente el Consorcio cuenta con 274 miembros en 72 países y su programa más reciente es el Centro Internacional de Transferencia de Tecnología, donde se busca apoyar no sólo a las personas que constituyen la fuerza laboral del campo de las adicciones, sino también a gobiernos y organizaciones en torno a los temas de consumo de sustancias y sus problemas. El programa ya está en marcha en Ucrania, Vietnam y Sudáfrica, y hay miras de traerlo a México. Según la directora ejecutiva del Consorcio, el planteamiento es evaluar las carencias y necesidades de un país o una región para después abordarlas con el gobierno u organizaciones. Dicho abordaje puede ir de lo más básico (como proporcionar formación adicional para la fuerza laboral en el área de prevención o tratamiento), o podría ser algo más complejo, como hacer investigación o trabajar con una organización gubernamental para desarrollar políticas o sistemas.

Becky Vaughn, directora del Centro Global de Acreditación y Certificación (GCCC, por sus siglas en inglés), participó con la ponencia “La construcción de un sistema de acreditación internacional para profesionales de la reducción de la demanda de drogas”, donde abordó la importancia de centrarse en la creación de una fuerza de trabajo profesional en la reducción de la demanda de drogas. Expuso que el GCCC proporciona verificación de la experiencia y exámenes apropiados para asegurar que los gobiernos y otros empleadores contratan y utilizan a los profesionales más calificados. Informó que el Centro cuenta con credenciales de tratamiento que se ofrecen en cuatro niveles diferentes, además de exámenes de apoyo que se actualizan con base en los nuevos currículos de tratamiento; la credencial más relevante es el Certificado Internacional de Profesional en Adicciones (ICAP, por sus siglas en inglés).

La formación debe ser constante

Becky Vaughn detalló que el proceso de profesionalización se realiza con personas comprometidas, mediante diferentes cursos disponibles, además de trabajar directamente con quienes padecen alguna adicción, ya sea en un centro de tratamiento u otro entorno, según lo gestione cada país. Para obtener una credencial ICAP, se requiere poner a prueba los conocimientos y habilidades por medio de un examen. Una vez completado este proceso, el procedimiento vuelve a empezar, ya que el aprendizaje, el entrenamiento y la evaluación continuos son clave para el Centro.

La panelista afirmó que la formación no es suficiente, pues se tiene que certificar a la fuerza de trabajo: “Solíamos pensar que el mal tratamiento sólo significaba que la persona no mejoró, ahora entendemos que el tratamiento deficiente puede ser perjudicial o incluso mortal”. Añadió que las certificaciones deben cumplir con estándares mínimos que se han establecido en una situación global, y asegurar que quienes trabajan en el campo de la reducción de la demanda cuentan con los recursos suficientes.

Profesionalizar la fuerza laboral de reducción de la demanda de drogas.

Por último, la directora general de Centros de Integración Juvenil y presidenta de ISSUP México, doctora Carmen Fernández Cáceres, presentó la ponencia “Aplicación de la teoría a la realidad: un ejemplo de país y el potencial de profesionalizar la fuerza laboral de reducción de la demanda de drogas”. En ella, observó que el COVID-19 y la nueva realidad han dejado al descubierto la importancia de la salud mental, ya que los acontecimientos recientes han generado depresión, ansiedad, deserción escolar e incremento de la violencia familiar, todos ellos factores de riesgo para el consumo de drogas.

Puntualizó que, aunque se tiene registro de sectores de la población que bajaron su consumo de sustancias debido al confinamiento, claramente se observa un aumento en el consumo entre los jóvenes. Esto se exacerba por la deserción escolar, que en México ha alcanzado a cinco millones de estudiantes, y la falta de oportunidades laborales. Destacó que en las tendencias epidemiológicas, el aumento de consumo de opiáceos y metanfetaminas en toda la región de Latinoamérica ha sido evidente.

Por ello, aseguró que ante una realidad en constante transformación, resulta imperativo dirigir esfuerzos hacia la investigación, formación y actualización de recursos humanos, con un enfoque transdisciplinario que combine las capacidades de las ciencias sociales y de la salud, con la incorporación de elementos de gestión, legislación y políticas públicas. La naturaleza cambiante del fenómeno del consumo de drogas también precisa la actualización permanente de las currículas, con el fin de basarlas en la evidencia científica más reciente, además de considerar la transferencia de tecnología con profesionales, organizaciones y universidades de todo el mundo.

En el Congreso Internacional de Adicciones se compartieron estrategias y resultados

Subrayó que CIJ ha tenido contacto con muchos organismos para la toma e impartición de cursos de políticas públicas, evaluación, indicadores de evaluación para programas preventivos y de tratamiento, lo que permite la corrección de los programas formales y el desarrollo de muchas ofertas; se trata de una coordinada red de trabajo que se extiende por todo el mundo. Resaltó que el Congreso Internacional en Adicciones forma parte de esta iniciativa por escuchar las estrategias y resultados de los investigadores más importantes para conocer la evidencia más reciente, y busca que el intercambio permita mejorar la capacitación e iniciar programas de investigación.

“Los esfuerzos de capacitación y formación de recursos humanos son ilimitados y continuarán surgiendo para nutrir, corregir y actualizar las currículas universales de prevención y tratamiento del consumo de drogas. Las currículas son la base de la formación de los profesionales, ya que cuentan con evidencia científica, fomentan el intercambio y colocan a todos los involucrados en el mismo canal de información”: directora general de CIJ

 

CIJ cuenta con un aula virtual donde se encuentran cursos, seminarios, diplomados y posgrados centrados en la prevención y tratamiento de las adicciones, basados en estándares internacionales y avalados por las universidades más importantes del país. Mediante esta oferta educativa, se han capacitado a más de 30 mil personas en temas relacionados con maltrato infantil, duelo, atención de la violencia familiar y apoyo psicológico. Todo esto permite dirigir de manera efectiva el trabajo de los profesionales para reducir la demanda de drogas

Coordinado por Livia Edegger, directora adjunta de la International Society of Substance Use Professionals (ISSUP), los especialistas en este panel hablaron sobre la importancia de crear y robustecer la fuerza laboral en la reducción de la demanda de drogas, a través de la colaboración de diversas organizaciones y actores.

La misión de ISSUP

En su presentación, “Profesionalización y fortalecimiento del campo laboral en la reducción de la demanda ISSUP”, Edegger explicó que ISSUP es una organización no gubernamental que actualmente cuenta con más de 20 mil miembros en 167 países. Su función consiste en formar, actualizar y especializar a los técnicos que trabajan en la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de adicciones, además de ofrecer oportunidades de interacción y promover el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre la sociedad civil, el gobierno, las organizaciones sin fines de lucro, los centros de salud, las universidades y otras entidades a nivel nacional e internacional.

Resaltó que ISSUP cuenta con el apoyo de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de los Estados Unidos, y trabaja estrechamente con el Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas, y con el Centro Global de Acreditación y Certificación. Además, se han llevado a cabo eventos y seminarios virtuales en colaboración con la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la Organización de Estados Americanos.

En lo que se refiere a las actividades, explicó que éstas se desarrollan en tres áreas: la digital, los eventos presenciales y virtuales y los Capítulos Nacionales. La primera se conforma por la página web, que cuenta con información respecto a la capacitación en los currículos universales de prevención y tratamiento, manuales y materiales de los cursos, e información sobre los capacitadores. Aunado a esto, señaló que hace poco se lanzó el proyecto online Learning Hub, donde se convierten los currículos universales de prevención y tratamiento en cursos virtuales.

La directora adjunta de ISSUP Global recalcó la importancia de los Capítulos Nacionales para la organización, ya que éstos crean comunidades de gestión del conocimiento, las cuales promueven innovaciones y fomentan el intercambio de experiencias y prácticas basadas en evidencia. Puntualizó que actualmente ISSUP cuenta con seis Capítulos en Latinoamérica: México, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Perú. Entre los proyectos e iniciativas lanzados por los Capítulos se encuentran eventos virtuales, conversatorios, recursos y materiales, estudios de investigación y colaboraciones con universidades, organizaciones sin fines de lucro y gobiernos. Finalmente, señaló que el Capítulo Nacional de México se lanzó en 2019, bajo el liderazgo de Centros de Integración Juvenil.

El titular de la Subdivisión de Programas Globales y Políticas de la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, Brian Morales, presentó la ponencia “Profesionalizar y fortalecer la fuerza laboral de la reducción de la demanda de drogas”. Subrayó que la profesionalización es uno de los pilares fundamentales de este esfuerzo porque, además de los familiares y amigos, las personas que trabajan en el campo de las adicciones son las que están más cerca de quienes consumen y padecen trastornos derivados. Sin embargo, uno de los retos encontrados en este campo es la dificultad para identificar la fuerza laboral; además, muchos países no tienen centros de tratamiento o sistemas formales. Por ello, la Oficina Internacional promueve, por conducto de organizaciones internacionales, la elaboración de mapas de los sistemas de tratamiento y prevención que trabajan con países de todo el mundo.

 

“El trastorno por consumo de drogas tiene un gran impacto no sólo en la salud pública, sino también en la seguridad, el crimen y la violencia en los vecindarios, y la inestabilidad en el desarrollo social y económico de los países”: titular de la Subdivisión de Programas Globales y Políticas.

 

Incrementar la capacitación en 2022

De esta forma, explicó, se identifica dónde hay centros de tratamiento, dónde hay programas de prevención, y se trabaja a través de esas organizaciones para involucrar al personal y colaborar con los gobiernos para proporcionar formación continua y profesionalización.

 

“La formación por sí sola no es suficiente. Tenemos que asegurarnos de que esos conocimientos y aptitudes se reflejen en la práctica y, más allá de eso, es importante reunir a todos en el terreno de la atención de las adicciones”, declaró el titular.

Con respecto a los planes a futuro, el ponente estableció que el rumbo para el 2022 es enfocarse en la capacitación de los trabajadores individuales de tratamiento y prevención, para después centrarse en las organizaciones y aplicar directamente los servicios. Igualmente, se busca apoyar el desarrollo de normas internacionales para el tratamiento de los trastornos del consumo de drogas en conjunto con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Organización Panamericana de la Salud, el Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea en Políticas sobre Drogas y la Organización de Estados Americanos. Afirmó que se ha trabajado para transformar los estándares internacionales que actualmente existen, en un programa que garantice calidad para apoyar a las organizaciones internacionales en el entrenamiento y apoyo a los gobiernos en el monitoreo y supervisión de sus sistemas de tratamiento.

Por su parte, Kimberly Johnson, directora ejecutiva del Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas, presentó la ponencia “La formación de una fuerza de trabajo en reducción de la demanda a nivel mundial”. Expuso que la investigación científica no se traduce en el campo de la adicción y muchas veces se proveen servicios que no están basados en evidencia científica. Explicó que si se quiere prevenir el consumo de sustancias y los problemas que derivan de éste, es necesario identificar las mejores estrategias y utilizar los resultados de la investigación científica en el desarrollo de políticas y programas. Planteó que es frecuente que los responsables políticos y los activistas de la comunidad utilicen métodos ineficaces o perjudiciales en el diseño de programas y campañas.

“Las universidades pueden garantizar la elaboración de investigaciones que identifiquen estrategias eficaces y la transmisión de los resultados a los estudiantes, los profesionales, los responsables políticos y el público en general. Cuando estos programas fallan, la gente cree que la prevención no funciona y descarta directamente todos los esfuerzos; un aspecto para llevar la investigación a la práctica es la educación universitaria”: directora ejecutiva del Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas

Objetivos del Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas

A raíz de una reunión del Plan Colombo, en 2016 surgió el Consorcio Internacional de Universidades para la Reducción de la Demanda de Drogas, organización no gubernamental que aborda el vacío existente en la traslación de la investigación a la práctica. La idea era crear una coordinación mundial para los esfuerzos universitarios y facilitar una mayor integración multidisciplinaria en el campo de la adicción. Los objetivos del Consorcio son:

  1. Desarrollar una red internacional de universidades con programas académicos y de formación en reducción de la demanda de drogas y estudios sobre la adicción que apoye el uso de la investigación en la educación.
  2. Involucrar a los estudiantes y profesores en el diálogo sobre la mejora del conocimiento del consumo de sustancias y los problemas resultantes.
  3. Avanzar en la investigación aplicada y la ciencia de la implementación en la reducción de la demanda de drogas.
  4. Aumentar las asociaciones entre los programas universitarios de reducción de la demanda de drogas y las comunidades en las que se encuentran.
  5. Abogar por la mejora de los programas académicos de estudios sobre la adicción y la reducción de la demanda de drogas.

Kimberly Johnson indicó que actualmente el Consorcio cuenta con 274 miembros en 72 países y su programa más reciente es el Centro Internacional de Transferencia de Tecnología, donde se busca apoyar no sólo a las personas que constituyen la fuerza laboral del campo de las adicciones, sino también a gobiernos y organizaciones en torno a los temas de consumo de sustancias y sus problemas. El programa ya está en marcha en Ucrania, Vietnam y Sudáfrica, y hay miras de traerlo a México. Según la directora ejecutiva del Consorcio, el planteamiento es evaluar las carencias y necesidades de un país o una región para después abordarlas con el gobierno u organizaciones. Dicho abordaje puede ir de lo más básico (como proporcionar formación adicional para la fuerza laboral en el área de prevención o tratamiento), o podría ser algo más complejo, como hacer investigación o trabajar con una organización gubernamental para desarrollar políticas o sistemas.

Becky Vaughn, directora del Centro Global de Acreditación y Certificación (GCCC, por sus siglas en inglés), participó con la ponencia “La construcción de un sistema de acreditación internacional para profesionales de la reducción de la demanda de drogas”, donde abordó la importancia de centrarse en la creación de una fuerza de trabajo profesional en la reducción de la demanda de drogas. Expuso que el GCCC proporciona verificación de la experiencia y exámenes apropiados para asegurar que los gobiernos y otros empleadores contratan y utilizan a los profesionales más calificados. Informó que el Centro cuenta con credenciales de tratamiento que se ofrecen en cuatro niveles diferentes, además de exámenes de apoyo que se actualizan con base en los nuevos currículos de tratamiento; la credencial más relevante es el Certificado Internacional de Profesional en Adicciones (ICAP, por sus siglas en inglés).

La formación debe ser constante

Becky Vaughn detalló que el proceso de profesionalización se realiza con personas comprometidas, mediante diferentes cursos disponibles, además de trabajar directamente con quienes padecen alguna adicción, ya sea en un centro de tratamiento u otro entorno, según lo gestione cada país. Para obtener una credencial ICAP, se requiere poner a prueba los conocimientos y habilidades por medio de un examen. Una vez completado este proceso, el procedimiento vuelve a empezar, ya que el aprendizaje, el entrenamiento y la evaluación continuos son clave para el Centro.

La panelista afirmó que la formación no es suficiente, pues se tiene que certificar a la fuerza de trabajo: “Solíamos pensar que el mal tratamiento sólo significaba que la persona no mejoró, ahora entendemos que el tratamiento deficiente puede ser perjudicial o incluso mortal”. Añadió que las certificaciones deben cumplir con estándares mínimos que se han establecido en una situación global, y asegurar que quienes trabajan en el campo de la reducción de la demanda cuentan con los recursos suficientes.

Profesionalizar la fuerza laboral de reducción de la demanda de drogas.

Por último, la directora general de Centros de Integración Juvenil y presidenta de ISSUP México, doctora Carmen Fernández Cáceres, presentó la ponencia “Aplicación de la teoría a la realidad: un ejemplo de país y el potencial de profesionalizar la fuerza laboral de reducción de la demanda de drogas”. En ella, observó que el COVID-19 y la nueva realidad han dejado al descubierto la importancia de la salud mental, ya que los acontecimientos recientes han generado depresión, ansiedad, deserción escolar e incremento de la violencia familiar, todos ellos factores de riesgo para el consumo de drogas.

Puntualizó que, aunque se tiene registro de sectores de la población que bajaron su consumo de sustancias debido al confinamiento, claramente se observa un aumento en el consumo entre los jóvenes. Esto se exacerba por la deserción escolar, que en México ha alcanzado a cinco millones de estudiantes, y la falta de oportunidades laborales. Destacó que en las tendencias epidemiológicas, el aumento de consumo de opiáceos y metanfetaminas en toda la región de Latinoamérica ha sido evidente.

Por ello, aseguró que ante una realidad en constante transformación, resulta imperativo dirigir esfuerzos hacia la investigación, formación y actualización de recursos humanos, con un enfoque transdisciplinario que combine las capacidades de las ciencias sociales y de la salud, con la incorporación de elementos de gestión, legislación y políticas públicas. La naturaleza cambiante del fenómeno del consumo de drogas también precisa la actualización permanente de las currículas, con el fin de basarlas en la evidencia científica más reciente, además de considerar la transferencia de tecnología con profesionales, organizaciones y universidades de todo el mundo.

En el Congreso Internacional de Adicciones se compartieron estrategias y resultados

Subrayó que CIJ ha tenido contacto con muchos organismos para la toma e impartición de cursos de políticas públicas, evaluación, indicadores de evaluación para programas preventivos y de tratamiento, lo que permite la corrección de los programas formales y el desarrollo de muchas ofertas; se trata de una coordinada red de trabajo que se extiende por todo el mundo. Resaltó que el Congreso Internacional en Adicciones forma parte de esta iniciativa por escuchar las estrategias y resultados de los investigadores más importantes para conocer la evidencia más reciente, y busca que el intercambio permita mejorar la capacitación e iniciar programas de investigación.

“Los esfuerzos de capacitación y formación de recursos humanos son ilimitados y continuarán surgiendo para nutrir, corregir y actualizar las currículas universales de prevención y tratamiento del consumo de drogas. Las currículas son la base de la formación de los profesionales, ya que cuentan con evidencia científica, fomentan el intercambio y colocan a todos los involucrados en el mismo canal de información”: directora general de CIJ

 

CIJ cuenta con un aula virtual donde se encuentran cursos, seminarios, diplomados y posgrados centrados en la prevención y tratamiento de las adicciones, basados en estándares internacionales y avalados por las universidades más importantes del país. Mediante esta oferta educativa, se han capacitado a más de 30 mil personas en temas relacionados con maltrato infantil, duelo, atención de la violencia familiar y apoyo psicológico. Todo esto permite dirigir de manera efectiva el trabajo de los profesionales para reducir la demanda de drogas

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